ORTEGA Y LA DAMAS DE BLANCO

La desesperada situación en que se encuentran las valientes y abnegadas Damas de Blanco, las lleva a recurrir a un llamado ante el cardenal Jaime Ortega para que interceda ante la dictadura castrista afin de respete sus derechos y cese la represión contra ellas. No creo que nadie debe dictarle pautas a  este digno grupo de mujeres, pero pienso que esa solicitud lejos de ayudarlas, perjudica su causa. Ortega, con sus hechos y declaraciones, ha demostrado que sus intereses son más afines a los intereses de la dictadura que a los de sus víctimas. Invocar su ayuda, que dudo puedan obtener, le está dando legitimidad a una figura que carece de ella. Ya hemos visto que una gestión ante un subordinado del cardenal, monseñor Ramón Suárez, lo único que logró fue que este las descalificara, catalogándolas como "movimiento político".. Creo que es deber del Exilio y de todas las organizaciones internacionales defensoras de la justicia y de los derechos humanos, alzar su voz al unísono en defensa de estas heróicas mujeres reprimidas por la dictadura y abandonadas por Ortega y sus intereses. Intereses que lo identifican cada día más con los victimarios, al tiempo que lo alejan de las víctimas.