Bernardette y el Papa callejero

Una cita leída en un vieja Selecciones me ha venido a la memoria luego de ver en el Nuevo Herald  el artículo de Bernardet Pardo titulado El Papa callejero, en el cual resalta la condición de Jesuita del Papa.
Recordaba yo aquella cita que decía más o  menos así: " En un colegio de Jesuitas a un chico bastante inquieto, también algo mordaz  y de pelo muy rojo, un cura del colegio lo increpó diciéndole: Pelirrojo sos tal cual Judas . A lo que el chico repondió: De que  fuese Judas de pelo rojo , no hay constancia pero si de que era de la Compañía de Jesús". 
Jorge Mario Bergoglio, también era Jesuita, como nos cuenta Pardo, tratando de entender lo incompresible, o no se si buscando alguna excusa al comportamiento de el populista Papa.
No sólo ella se hace tantas preguntas, yo, que también soy pecadora, Católica y Cubana , aunque no sea periodista, también lo cuestiono en muchísimos aspectos sin encontrar la verdadera respuesta al discurso y comportamiento de este mal representante de Dios nuestro Señor.  

SE HABLA DE UN PUENTE SILENCIOSO ( ELENA NÚÑEZ)

Dícese de un "puente silencioso". Yo lo llamaría "puente de peaje restringido"  por el que sólo transitan  la traición, las componendas interesadas, la impunidad para el atropello y el crimen,  la legalización de la dictadura, y el oportunismo político, económico, y hasta religioso.
Vedado está el paso para la justicia, la libertad, las esperanzas y las ansias de progreso del oprimido y hambreado pueblo Cubano. Y visto y comprobado está que la juventud desesperada y sin futuro de la isla no se ha enterado de la existencia del tal puente y continúan ahogándose en  las aguas del Estrecho sobre sus precarias embarcaciones .
De tan silencioso que es este puente, pienso que es también licencioso en su muy traidora construcción. Por algo su secretismo y ocultamiento, sobre todo de la vista de los que queremos una patria  verdaderamente digna , libre , con todos y para el bien de todos, que diria Marti.
No es un puente lo que necesitamos o queremos, ni lo que reclama en estruendoso clamor la sangre de nuestros mártires y de los presos políticos de larguísimas condenas, de la familia cubana dividida y rota, el tremendo dolor de este pueblo por tantos años mantenido en esclavitud y olvido.
Un oprobioso y  oportunista puentes tendido a los Castro para su beneficio y disfrute no es lo que necesitamos. Son los brazos abiertos de la Patria para que todos los Cubanos podamos  convivir en justicia y libertad y crearnos un   futuro de progreso en la tierra que nos pertenece, con la inteligencia laboriosidad  y tesón que no caracteriza, sin castrocomunismo que nos esclavice.
 Desde ya dejo avisado los constructores del tal puente que no transitarán por él  todos los que  aman  a Cuba con verdadera  lealtad y patriotismo.