No se si hay algún tipo de relación entre el viaje de Benedicto 16 a
Cuba, y el aumento de la brutal ola represiva que las fuerzas
castristas están llevando a cabo en estos momentos, y que sostuvieron
antes y durante la visita. Lo cierto es que durante su estancia en la
isla, el Vaticano y sus miembros cerraron ojos y oidos ante dicha
represión. Si porque eran visitantes, o por miedo a perder ciertos
espacios ganados, la iglesia calló, hoy deben, por pudor, alzar su
protesta ante la despiadada y criminal actitud de la tiranía. Esa
visita, lejos de traer "paz y reconciliación", como argumentaban sus
defensores y patrocinadores, ha dejado un secuela de abusos y
violaciones de derechos humanos más grande aún que la que existía ya.
Creo que es deber de la iglesia, que en parte es culpable de lo que está
sucediendo, denunciar ante el mundo tanto salvajismo y represión. Sólo
así lograrán limpiar un poco su imagen ante un pueblo que esperó por un
poco de alivio y, en lugar de eso, sólo ha visto aumentar su desgracia.
Visitas asi, para qué?
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